La organización en la colocación de los productos es un elemento clave
Lograr que el escaparte sea un éxito depende de factores tan dispares como pueden ser la originalidad, la frecuencia con la que se cambian los productos, o simplemente un buen mantenimiento y cuidado de la cristalería y la iluminación. Pero dejando a un lado las cuestiones estéticas, existe otro elemento igual o incluso más importante que los anteriores, y es la jerarquía en la colocación de los productos.
El
escaparate es la principal herramienta de la que disponen los comercios para
conseguir que los clientes entren en su tienda, especialmente los pequeños
locales que no disponen de suficientes medios para costearse otro tipo de
publicidad. Por eso no es de extrañar que los comerciantes
mimen y dediquen gran parte de su tiempo y esfuerzo a estos espacios.
Al igual que
ocurre en los supermercados, donde todos los artículos están colocados de forma
estratégica, en un escaparate existen zonas más privilegiadas que otras, y es
precisamente en ellas donde los comerciantes deben colocar sus productos más
destacados.
La base para
establecer toda esta jerarquía de zonas está en la direccionalidad de la mirada
del consumidor, que tiende a dirigirse a la zona central del escaparate. Así lo
explica Nerea Duprat, escaparatista bilbaína profesional y copropietaria del
negocio El
Taller & Co.: “Las personas al mirar escaparates siempre nos
fijamos en la parte del medio, luego bajamos la mirada a la parte de abajo y
después, por lo general, hacia la izquierda.”
Teniendo en
cuanta esta información los escaparatistas han establecido un esquema que
consiste en dividir el cristal en tres tercios. De esta partición se obtienen
nueve zonas, cuyo nivel de importancia varía en función de su posición.
Verticalmente la zona de más
valor es la central, seguida de la izquierda y posteriormente la derecha. Horizontalmente
la parte central (zona caliente) es de nuevo la más valorada, seguida de la
parte baja (zona fría), y por último la parte superior que suele reservarse
para la cartelística del local.
Otro factor a tener en cuenta es la dirección en la
circulación de las personas, ya que dependiendo de hacia donde se
dirijan, el planteamiento anterior podría variar. “Es verdad que la dirección
es importante”, afirma Nerea, “pero no podemos
adivinar por donde van a circular los clientes, por eso la mayoría seguimos el
esquema establecido”.
Virginia T
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